Chile batió en 2020 su récord de creación de empresas, pese a la pandemia

En plena pandemia, Chile ha batido nuevamente el récord de creación de sociedades y nuevas empresas: 158.586 en 2020, un 14,4% más que en 2019. Es la cifra más elevada desde que se tiene registro, a contar de 2013.

Así y todo, siendo esta una muy buena noticia, pronto conoceremos la otra cara de la moneda, la de las firmas que se quedaron en el camino a consecuencia del virus, fundamentalmente por cuarentenas y confinamientos, en muchos casos por períodos prolongados, afectando de lleno a la supervivencia de actividades comerciales y contratos laborales.

Más allá de las ideas e ideologías a las que cada uno se adscriba, es innegable que sin crecimiento es imposible avanzar. Cualquiera que sea la dirección escogida por quienes dirijan el Gobierno la prioridad debe ser el empleo, reduciendo así cuanto antes la pobreza sobrevenida y la preexistente, y devolviendo la dignidad que todo ser humano necesita para integrase en la sociedad.

Solo en diciembre de 2020 se constituyeron 12.954 compañías, un 31,4% de alza respecto de diciembre de 2019. La modalidad más empleada fue el llamado régimen simplificado (RES), con el 83,1% del total; el 16,9% restante se crearon vía Diario Oficial (DO). En el año, 134.769 emplearon el RES y 23.187 lo hicieron ocupando el régimen general con publicación en el DO.

Por regiones, la Metropolitana -donde reside en torno al 40% de la población- lideró el registro con 63.106 emprendimientos. A continuación figuran Región de Valparaíso (13.296) y Región del Biobío (9.457). Tras estos datos hay conciencia de que para una mayoría la única alternativa posible para salir adelante es emprender, atendiendo al ambiente general en el que nos encontramos inmersos.

A estos amigos quisiera darles ánimo recordándoles algo en lo que hemos insistido a lo largo de 2020: la del 2008 fue una crisis financiera y de crédito, en la que la mano del hombre tuvo mucho que ver. En la actual, no obstante existir una interrupción directa entre lo ofertado y los consumidores, es posible acceder a la financiación. Es recomendable dotarse de un plan de negocio sin descartar las alianzas estratégicas para mantenerse en circulación, llegando a más potenciales clientes en distintos ecosistemas de intercambios.

Hasta los entes públicos agudizan el ingenio. Hace pocas fechas, en la Región del Maule -en la comuna de Sagrada Familia, unos 300 kilómetros al sur de Santiago-, la Municipalidad comunicó que el pago de patentes de las sociedades de inversión se reduciría al 0,25% para quienes las domicilien en su demarcación (en ayuntamientos de diversas comunas de la capital chilena la tarifa no baja del 0,5%). La propuesta ha sido valorada como muy exitosa; llevan 158 apuntados, el 80% de los ingresos por este concepto ya corresponden a este tipo de corporaciones.

Las actuales incertidumbres en Chile vienen más del lado político. Parece mentira que después de un estallido de violencia incomprensible y aún insertos en un estado de alarma viral que ha llevado al cierre de fábricas y locales comerciales, causando casi dos millones de desempleados, no existan acuerdos de alto nivel para dar un paso adelante animando a empresas y emprendedores a impulsar nuevos proyectos generando más empleos y ocupándose en atraer a inversores nacionales y extranjeros.

Crecimiento robusto en 2021

La economía chilena exhibe proyecciones que invitan al optimismo, oscilan entre 5 y un 6,5% de crecimiento del PIB en 2021. Los analistas de diversas entidades financieras nacionales y foráneas ven viable poder revertir la caída de un 6% sufrida en 2020, la peor desde 1982.

¿En qué se apoyan? Para comenzar, en las vacunaciones de la población. Sería posible alcanzar la inmunidad de grupo antes de que concluya el primer semestre si las entregas de dosis se mantienen como hasta ahora. A esto se suma la condición de país abierto al mundo comercialmente hablando; probablemente las compraventas con el exterior vuelvan a situarse muy próximas o por sobre los 150.000 millones de dólares. Y las infraestructuras públicas previstas en cinco años superan los 30.000 millones de dólares.

Por el lado privado, las inversiones en marcha, por importe superior a 100 millones de dólares, catastradas hasta enero de 2021 ya significan 73.060 millones de dólares para los próximos cinco años, repartidos en 235 propuestas.

Aquí viene lo trascendental: ¿saben de cuántos puestos de trabajo hablamos? El levantamiento de los mismos requerirá algo más de 165.000 ocupaciones directas y en la operación se estiman casi 75.000 permanentes y 244.000 indirectos.

¿Cuáles iniciaron la marcha en enero? La Planta Desalinizadora y Agua Industrial Caitán, una sociedad chilena con sede en Santiago de Chile, constituida en 2017 por la firma japonesa Mitsui & Co y la empresa española ACS Group, con un desembolso de 800 millones de dólares.

¿Cuáles iniciaron su construcción? Proyecto Solar Valle Escondido, (energía, Atacama, 138 millones de dólares, 200 empleos en construcción) y Proyecto Aconcagua (infraestructura, Valparaíso, 372 millones, 1.102 empleos en construcción).

¿Cuáles ingresaron al catastro? Parque Eólico Antofagasta (energía, Antofagasta, 684 millones de dólares, 150 empleos en construcción); Parque Eólico Lomas de Taltal (energía, Antofagasta, 424 millones, 316 empleos en construcción).

Asimismo, la dinámica económica internacional tiene su vista puesta, especialmente, en Estados Unidos, China y la Unión Europea, bloques considerados impulsores de la reactivación planetaria. Particularmente los dos primeros, socios preferentes de los chilenos, están con planes muy ambiciosos en lo interno y en sus relaciones de comercio e inversión a escala global, que serán factores importantes del despegue esperado.

Por último, Chile debe asumir un papel más protagónico con sus socios en América Latina, fortaleciendo las alianzas existentes, teniendo muy presentes las inversiones chilenas materializadas en la región actuales y futuras.

Fuente: El Economista América